Es domingo y hace un tiempo moderadamente bueno... Ha llovido, ha nevado, pero parece que hoy nos va a dejar hacer como los caracoles... Pasear por las laderas herbosas y húmedas.
Cogemos el coche y nos vamos a St. Martin de Arrossa. Alli tomamos una pista asfaltada que va a salir a Bidarray. Al llegar a un collado (cota 339 mtrs.) dejamos el coche junto a una estación de bombeo o deposito de agua. Aquí sale una pista que asciende dirección S.W.. A pocos metros la dejamos pasando una puerta y tomando un sendero entre helechos y otia. Se traza una linea diagonal suave hasta conectar de nuevo con la pista de salida. La cruzamos y volvemos a trazar una nueva diagonal en la misma dirección, pero ahora con mas pendiente, hasta conectar de nuevo con la pista. La seguimos ahora, hasta que gira la montaña y damos vista a una borda. La suave cresta no esta muy lejos y la pista asciende muy poco para llegar a la borda. Andando por la cresta se puede jugar con las nubes, con lo que no se ve, con las boiras y con las manchas de nieve que parece que han olvidado que es primavera y estas montañas estan al lado del mar...
Llegamos a la cota 663 mtrs., que es el vértice sobre la borda a la que conducía la pista. La montaña se vuelve prácticamente plana y ancha hasta llegar a un sufrido arbolote solitario y peinado al gusto de los vientos. Ya solo queda subir una pequeña pendiente y un pequeño escalón que da paso a la cima.
Debería de haber unas bonitas vistas del roquedo de la vertiente S.E. del Iparla y mas aun cuando la nieve le da un ambiente que no es el propio.
Caballo en la segunda diagonal, la mas fuerte
Flor que quiere ignorar el retraso de la primavera
La borda a donde llega la pista.
Yegua y potro en la cresta horizontal antes de la cima.
La cima.
Para bajar, seguimos el mismo itinerario hasta el sufrido arbolote y luego vamos a conectar con la pista en la borda. Seguimos la pista y la dejamos en el punto de la diagonal fuerte donde seguimos de nuevo el itinerario de subida.
El burro nos vuelve a saludar al llegar al coche...
Mañana lunes, Pineta...
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